¿Para qué sirve un planograma?

Los planogramas son una buena idea para los supermercados por un par de razones muy fundamentales: mejoran las ventas y facilitan la colocación de los productos. Además, también ofrecen una serie de ventajas adicionales, como:

  • Mayor potencial de ventas por metro cuadrado de espacio.
  • Los clientes estarán encantados con la mejora del atractivo visual.
  • Control más estricto de las existencias y disminución de las roturas de stock.
  • Reposición de productos más sencilla para los empleados.
  • Mejor colocación de productos similares.

Cualquier tienda competente sabe que un merchandising visual eficaz es la clave para aumentar las ventas. Una de las mejores técnicas de merchandising para mostrar los productos a los clientes es el planograma de la tienda.

Mejores prácticas de planogramas

  • Empezar con sencillez

Demasiados comerciantes complican en exceso el proceso del planograma, lo que les hace perder el interés al cabo de unos meses. Dicho de otro modo, si le lleva demasiado tiempo construirlo, la probabilidad de que lo haga cada mes disminuirá con el tiempo y acabará por desistir. Dispone de una cantidad finita de tiempo útil, por lo que evite implantar un procedimiento que no pueda mantener.

  • Eduque a su personal

Invierta tiempo en enseñar a su personal a utilizar un planograma. Sobre todo los más veteranos creerán que no lo necesitan. Darles un esquema es insuficiente. Además, ofrezca detalles y disponga de normas visuales generales a las que puedan atenerse. 

  • Analice su estrategia

Obtenga estadísticas de ventas mensuales, calcule la cuota de ventas de su producto y repase su planograma.

  • Asigne a sus ganadores

Cada sección de su tienda debe tener campeones o líderes. Esta persona debe estar a cargo de las ventas de esa región, lo que incluye el merchandising visual. Como parte del proceso, permítales desarrollar y planificar su parte del planograma. La mejor línea de defensa contra el robo es una tienda bien surtida.

  • Reconozca a su clientela

Los clientes de hoy exigen productos que estén a la altura de sus ojos. Además de tocarlos y sentirlos, quieren interactuar con ellos. En determinados espacios comerciales, lo mejor es exponer menos cosas y aumentar la interacción.